¿Qué es un chupetón?
Uff… aquí la definiremos así: dícese de las huellas dejadas luego de tener un encuentro sensual intenso. Bueno, poniéndonos serios: también se llaman hematomas, moretones o moratones que aparecen tras una agresión en la piel, generalmente por acción de morder o chupar con ímpetu una zona de la piel. Dicha acción, aunque muy placentera, rompe los capilares (los vasos sanguíneos de menor diámetro) más superficiales y la sangre se vierte en la zona más cercana, lo cual provoca que la sangre se vea a través de la última capa de la piel.
Si no hay una ruptura de la piel, la sangre no se puede drenar como cuando nos cortamos y se genera una costra así que la sangre acumulada se coagula y es visible, con el tiempo y de acuerdo a la intensidad de la presión que se aplicó en esa zona, puede perder su color rojo, debido a diferentes reacciones químicas hasta quedar un poco más morado.
Hay zonas más susceptibles a estos hematomas que otros, por ejemplo: el cuello, pecho, espalda y cara (sí, también te pueden dejar chupetones en la cara).
Si quedan chupetones en el pecho ¿me puede pasar algo malo?
Pues quizá lo único malo que puede pasar es que tus papás o tu pareja te los vean. A veces la gente puede murmurar porque un chupetón implica que tuviste un encuentro sexy y el placer íntimo cuando sale a la luz es muy escandaloso. ¡Que se te resbale lo que digan los demás! Tu cuerpo es tuyo y decides con quién y cómo compartes tus sensaciones y tu placer. Tienes derecho a elegir y disfrutar de esas experiencias.
En realidad, este tipo de lesiones son superficiales y no tienen mayores consecuencias de las que te tengas que preocupar. Sólo te recomiendo que, si ya tienes un área lastimada, sigas machacando, eso sí puede generar no sólo más dolor sino complicaciones como coágulos más grandes que se pueden transportar a tu flujo sanguíneo. Igual son pequeños, pero más vale prevenir complicaciones y no aplicar más presión en donde ya está lastimado.
Así que ya sabes. No tienes de qué preocuparte más que de tu placer y de la elección que haces de con quién, dónde, cuándo y cómo compartes ese placer con alguien más. Disfruta y si ves un chupetón en alguien más, recuerda que todos tenemos derecho al placer.
