Hipersexualidad: ¿vicio, bendición o maldición?

Cuando la obsesión con el sexo se vuelve un tema

Todos pensamos en sexo, es algo totalmente natural, pero si tus pensamientos son sobre escenas sexuales dignas de un portal porno o de la página azul, puede que estemos entrando a un terreno pantanoso.

La hipersexualidad no es ‘’ser calenturiento‘’, es más una condición que te afecta en cuestión de relaciones, trabajo y hasta en salud, es cuando el sexo se vuelve una obsesión.

Si el sexo se vuelve una necesidad insaciable que interfiere con tu vida cotidiana, puede que no sea solo un alto ‘’libido’’, sino algo un poco más profundo.

¿Por qué pasa esto?

Puede haber varias causas, desde un desbalance en tus niveles de dopamina, hasta problemas emocionales no resueltos (el famoso vacío emocional). A eso agreguemos el exceso de contenido ‘’erótico’’ disponible en internet, el cerebro se acostumbra a la gratificación rápida, creando un círculo vicioso.

¿Cómo saber si estoy en ese club?

Si te has llegado a preguntar:

¿Por qué me cuesta controlar mis impulsos sexuales?
¿Uso el sexo para evadir mis problemas o llenar vacíos?
¿Siento culpa o ansiedad después de tener sexo o consumir porno?
¿Mis relaciones personales o laborales se han visto afectadas por esto?

Si llegaste a decir ‘’sí’’ a varias de estas preguntas, tal vez sea momento de reflexionar un poquito (no tienes que hacer un celibato extremo, tranquilo).

¿Y ahora qué?

No se trata de ver al sexo como algo ‘’malo’’, de hecho, todo lo contrario, se trata de realizar una práctica responsable y aprender a equilibrarlo con tu vida diaria. Tal vez podrías probar con: terapia, mindfulness, ejercicio o encontrar algún hobby que no involucre pantallas y menos ‘’contenido exclusivo’’.

La hipersexualidad no es un superpoder, pero tampoco es una maldición, simplemente no hay que dejar que controle nuestras vidas en su totalidad, así que notas que estás pensando más con la ‘’cabeza de abajo’’, quizá sea momento de descansar un rato del internet y del control remoto.

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