Las fantasías eróticas forman parte del desarrollo sexual saludable y pueden ser vistas como un derecho sexual porque te ayudan a experimentar y a desarrollar tu placer. No debes sentir vergüenza de compartir o hablar sobre este tema, haciendo hincapié en la importancia del consentimiento, comunicación y respeto mutuo.
Ahora bien, podemos entender las fantasías sexuales como historias elaboradas, pensamientos que surgen de repente, o una mezcla de imágenes o sensaciones. Asimismo, puede ser real, inexistente o incluso algo “extraño”. Son un reflejo de tu desarrollo, la forma en que has construido tu erotismo y, si no dañas a nadie física o moralmente sin su consentimiento, puedes compartirlas para poder experimentarlas y disfrutarlas.
Durante los años 80 se desarrolló un cuestionario para evaluar de forma precisa la frecuencia y el contenido de las fantasías sexuales, el cual fue parte de los trabajos de Gosselin y Wilson, conocido como el Wilson Sex Fantasy Questionnaire. Se encuentra dividido en cuatro categorías: íntimas, exploratorias, sadomasoquistas e impersonales.
Las fantasías íntimas se encuentran relacionadas con la búsqueda de placer con un número limitado de parejas sexuales, dónde se realizan prácticas tales como besar, sexo oral, masturbación; las prácticas exploratorias se relacionan con la excitación, incluyendo relaciones sexuales grupales; las prácticas sadomasoquistas se asocian con el sometimiento, y el dolor como parte de la excitación sexual; por último, las fantasías impersonales se asocian con fetiches u objetos.
Por otro lado, en la Ciudad de México, la Asociación Mexicana para la Salud Sexual llevó a cabo una encuesta sobre Fantasías sexuales, la cual fue respondida por aproximadamente 300 personas y los resultados en base a la mayoría de las respuestas fueron: rara vez suelen pensar en orgías (36.73%), nunca han tenido fantasías sobre tener actividad homosexual (51.02%), nunca han tenido fantasías sobre tener intercambio de parejas (45.88%), nunca han tenido fantasías de tener relaciones sexuales con varias personas que recién conocen (33.85%), nunca han tenido fantasías sobre ser perseguido por el sexo opuesto (53.57%), a veces tienen fantasías sobre tener actos sexuales con dos personas (33.67%), nunca tienen fantasías sobre ser un inocente seducido (44.79%), a veces tienen fantasías sobre tener actos sexuales con alguien de diferente color de piel (30.53%), a veces tienen fantasías sobre tener actos sexuales al aire libre (41.24%), a menudo tienen fantasías sobre practicar un coito con una pareja amada (64.62%), a veces tienen fantasías sobre practicar el coito con alguien conocido pero que no han tenido relaciones (39.8%).
Asimismo, se incluyó un apartado para incluir fantasías que no habían sido mencionadas en la lista, siendo estos algunos ejemplos: acariciar las nalgas de quien las tenga “bien formadas”, tener sexo en una caseta de vigilancia, relaciones sexuales con personas transexuales, tener relaciones sexuales en la playa, tener relaciones con una mujer y estar vestida como ella, tener relaciones sexuales con dos personas diferentes en un mismo día, tener relaciones sexuales mientras otras personas observan, tener relaciones sexuales bajo la lluvia, entre otras.
Como puedes darte cuenta existen múltiples fantasías, que dependen de nuestros pensamientos, valores, experiencias y deseos. El elegir cumplirlas o no depende de ti y de tu pareja o parejas, siempre y cuando exista consenso, no olvidemos que para esto la comunicación, los límites y el respeto son vitales, así como incluir métodos anticonceptivos como el condón, no sólo para evitar embarazos no planeados, sino también para protegerte contra infecciones de transmisión sexual.
Referencias:
Moyano N., Sierra J (2014) Fantasías y pensamientos sexuales: revisión conceptual y relación con la salud sexual. Revista Puertorriqueña de psicología. 25 (2): 376-393.
AMSSAC (2016). Encuesta fantasías sexuales. Recuperado de: https://www.amssac.org/fantasias-sexuales-analisis-de-los-participantes-mayores-de-50-anos/
