Tener una pareja puede ser una experiencia totalmente nueva y única, pues compartes gustos, experiencias, sensaciones y distintos aprendizajes. Hoy en día, tenemos la costumbre de tener todo al alcance o en cuestión de segundos, es decir, ya no tenemos que esperar tanto para ver una foto, para compartirla, incluso para enviar una invitación o subir un vídeo. La tecnología nos permite comunicarnos, pero también nos aleja un poco de nuestros seres queridos o del cómo comunicarnos personalmente con las personas que queremos a través del lenguaje no verbal y el emocional.
Por esto, la psicoterapeuta sexual Esther Perel, en su obra “Inteligencia erótica”, menciona algunas de las razones por las cuales las parejas suelen tener una corta duración, una de las principales es que se tienen expectativas muy altas para con la pareja, es decir, se le llena de características “positivas” como si la persona fuese perfecta, buscando estabilidad económica, emocional, etc. ¡Todo en la misma persona! ¿Cómo puede tener todo una misma persona?
En relación al deseo, menciona que se requiere de cierta distancia o ausencia para que aumente el misterio, ya que, considera que el amor y el deseo pueden ir por caminos separados, siendo así que lo que nos parece extraño, o desconocido es lo que buscaremos con mayor ímpetu y nos provocará mayor curiosidad. “Si lo considero mío, ya no lo quiero”, suelen decir las parejas.
Aunado a lo anterior, no quiere decir que el amor y el deseo estén separados, sin embargo sí considera que a veces el amor puede ser un obstáculo para llevarte a “explorar” con mayor libertad ciertas situaciones, ya que el amor crece con intimidad, reciprocidad, se busca conocer al ser amado, la cercanía y claro que la estabilidad. ¿Cómo podrás desear al que amas si ya lo consideras conocido o estable?
Ahora bien, cuando encontramos a la pareja con la que hacemos clic, no necesariamente es aquella con la que concordamos en todo, incluso suele ser la que nos parecía más extraña o contraria de quien pensábamos nos enamoraríamos. Lo extraño y diferente nos puede parecer atractivo, pero mientras no encontremos acuerdos, puntos de encuentro o incluso cordialidad y respeto por quien es la otra persona en esencia, terminaremos queriendo cambiarla en lugar de aceptarla, mirarla con admiración o deseo.
Si ya estás en el punto de tu relación en donde eso que antes te llamaba tanto la atención se ha convertido en el peor defecto de tu pareja, es momento de hablarlo y llegar a un acuerdo, entender desde qué necesidades personales elegiste a esa pareja y afrontar carencias personales para evitar forzar a la otra persona a ser como tú lo deseas… eliminando eso que al principio te apasionaba.
¡Qué irónica es la vida! ¿No? Si necesitas ayuda, busca a un terapeuta de pareja que les apoye en encontrar de nuevo esa chispa que fue parte de su unión y buscar nuevas formas de encontrase con las diferencias e, incluso, celebrarlas a partir de los cambios y el crecimiento mutuo.
Referencias:
Fernández M. (2016) Entrevista a Esther Perel: el desafío es conciliar amor y deseo. Recuperado de: https://www.google.com/amp/s/m.lavoz.com.ar/amp/ciudadanos/entrevista-esther-perel-el-desafio-es-conciliar-amor-y-deseo
Flichtentrei D. (2007) Inteligencia erótica: ¿Puede sobrevivir el deseo a la convivencia? Recuperado de: https://www.intramed.net/contenidover.asp?contenidoid=48013
